Nacimos para ser felices, no para ser perfectos.

Nacimos para ser felices, no para ser perfectos.
Marchitará la rosa el viento helado. Todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.

viernes, 31 de octubre de 2014

Dolor, un fuerte dolor siento cuando sabes que algo no va del todo bien, intentas hacerte ver que las cosas cambiaran y que los principios y los cambios nos producen malestar, pero que somos seres habituados a lo que nos venga,e  intentas ver más allá de donde estas para encontrar la puerta donde esta todo lo que tenías, todo lo que añoras cada día. La esperanza de ser un día feliz en otra vida, en otro lugar, alejado del tuyo y de los tuyos. No hablo de empezar otra vida olvidando lo de siempre y a los de siempre, sino tener una vida paralela en la que pueda disfrutar también. Me delataría a mi misma si digo que me siento sola,si digo que  me siento como en un principio donde no encuentro el equilibrio ni la paz, en un lugar donde el principio es eterno y el final se haya muy lago. Veo la gente pasar y me digo, ¿porque yo no? ¿porque no puedo sonreír como lo hacen los de fuera? ¿porque no puedo ver más allá de la oscuridad? me siento impotente de ver a los de siempre disfrutando de la vida y yo aquí sentada lamentándome de la mía, es triste saber que los comienzos  a veces son tan dulce y otros tan amargos que daría lo que fuera por poder manejar todos y cada uno de mis comienzos.
Me da por pensar en todo lo que me queda por ser feliz y me quedo parada siempre en el borde, donde quizás solo falta un paso para encontrar lo que tanto añoras, pero aun me siento allí, en ese borde que tanto cuesta saltar, que tanto cuesta dar un misero paso, y mientras tanto la tristeza se apodera y me hace retroceder, para ya no estar en ese borde sino en el principio, y así mi vida, y así la de la desesperanza, así  la lucha desecha. Hasta que te das cuenta que  vivimos para saber que los bordes y los precipicios hay que intentar saltarlos aunque sea lo que más cueste, y saber que volver atrás solo significa  coger carrerilla para que no duela tanto saltar. Los principios son finales y los finales comienzos, no importa lo que cueste estar en el medio, no importa si saltar te da pánico, los comienzos siempre terminan y los finales se convierten en comienzos, y así hasta que un día queramos saltar muy alto de ese borde  y encontrar lo que tanto añoramos.